sábado, 10 de septiembre de 2016

¿POR QUÉ LAS SERIES DE TELEVISIÓN ESTÁN ACTUALMENTE POR ENCIMA DE LAS PELÍCULAS DE CINE?


Inauguro el blog con un texto introductorio que he escrito sobre una de mis grandes pasiones, la ficción televisiva:
La pregunta es tan provocadora y atrevida como lo son los productos de ficción que se han estrenado en la televisión en los últimos años. Año 2010, el mundo de la ficción televisiva está en su máximo apogeo con cifras millonarias de espectadores, múltiples beneficios en merchandising y notables títulos en emisión como Breaking Bad, Sherlock, Boardwalk Empire, Hora de Aventuras o The Walking Dead  entre otras. También es el año en el que por primera vez en la cartelera estadounidense superan las películas que son secuelas, precuelas, remakes, reboots o simplemente adaptaciones a las películas con guiones originales, con títulos como Tron Lecgacy, Iron Man 2, Alice in Wonderland o Toy Story 3. Ese porcentaje seguirá aumentando hasta llegar a un 65% actualmente.
¿Hay crisis de ideas en Hollywood? No, la respuesta es que muchos de los creadores que han estado trabajando en las últimas décadas en la industria, cansados de la poca libertad creativa y la poca confianza que encontraban, se pasaron al mundo de la televisión descubriendo un mundo nuevo por explotar.

Series precursoras o iniciales de la nueva edad dorada de las ficción en tv
Aunque a finales del siglo XX ya tuvimos títulos precursores como Twin Peaks (ABC 1990 - 1991) Expediente X ( FOX 1993 - 2002) o Buffy Cazavampiros (WB 1997 - 2001 y UPN 2001 - 2003), cada una revolucionaria dentro de su espacio y género, fue en el año 1999 con el estreno de las series Los Soprano (HBO 1999 - 2007) y El Ala Oeste de la Casa Blanca (The West Wing, NBC 1999 - 2006) cuando se marca el inicio de la llamada “Tercera Edad Dorada de la Televisión”.
Se ha llamado este periodo así debido a un regreso del interés por las ficciones por parte tanto del público generalista como de una crítica especializada, y por motivos tan destacados como la apuesta de los canales por una ficción de nivel aportando grandes presupuestos, la figura del Showrunner y la libertad creativa o el atrevimiento a tocar temas que nunca antes se habían tocado en la pequeña pantalla y en ocasiones ni en la grande.
Si hay un culpable de todo esto sin duda es la HBO, canal de cable que solo era conocido por sus retransmisiones deportivas de pago y  su cine clásico, que aunque es cierto que ya había producido series míticas e interesantes como El Autoestopista (The Hitchhiker, 1983 - 1991), Fraggle Rock (1983 - 1987), Historias de la Cripta (1989 - 1996) o The Larry Sanders Show (1992 - 1998), no es hasta finales de los noventa cuando decide dar un salto pasando a producir ficción de forma seria, cambiando el panorama televisivo como nunca antes se había hecho en la historia. La cadena decide desde el principio que producirá “series de calidad”,  basándose en una visión artística y tratándolas como obras de arte, dando poder a una mente creativa y aportando valores altos de producción.  Así nacerían series como Oz (1997 - 2003), Sexo en Nueva York (Sex and the city 1998 - 2004), A dos metros bajo tierra (Six Feet Under 2001 - 2005), The Wire (2002 - 2008), la miniserie Hermanos de Sangre (Band of Brothers, 2001) o la propia Los Soprano, marcando la mayoría de ellas un antes y un después en la televisión. La propia cadena se promociona con el lema de que ellos no producen series de tv, ellos hacen “series HBO”, como símbolo de calidad.
A partir de aquí el espectador descubre que en la televisión puede haber una ficción seria con tramas adultas, que se pueden tocar temas que jamás antes hubieran pensado que verían en su televisor, y que se puede tocar un nivel de calidad que antes solo se podía imaginar en el cine. La audiencia se vuelve exigente y pide lo mismo para las cadenas Networks, y la televisión generalista  toma nota de ello.
Llegamos a la famosa “cosecha del 2004”, lo que sería un antes y un después para la televisión en abierto. Mientras que la cadena HBO y otras cadenas de cable como Showtime estrenaban sus series a modo de imagen de marca, la cadena pública ABC necesitaba algo que la sacara del último puesto. Y eso ocurrió con los estrenos de series como Lost (2004 - 2010), Mujeres Desesperadas (2004 – 2012) o Boston Legal (2004 -2008). Mientras, la cadena Fox hacía lo propio estrenando House (2004 - 2012) o incluso la pequeña cadena UPN estrenaba una serie que más tarde sería de culto como Veronica Mars (2004 – 2007). Todas ellas destacaban por ser series innovadoras, originales y diferentes a lo que se había visto en la televisión en abierto hasta entonces.
Con éstas series se vieron unos niveles de calidad en producción, guiones y actuaciones novedosos, y como el poder pasaba a unos creativos que habían encontrado su hueco en la televisión. David Lynch (Twin Peaks), Martin Scorsese (Boardwalk Empire), David Fincher (House of Cards), Frank Darabont (The Walking Dead), Michael Mann (Luck), David Mamet (The Unit) o Steven Spielberg (Band of Brothers, The Pacific) son algunos de los directores de cine que se han dejado caer por la pequeña pantalla, viendo que pueden tratar con más soltura los temas que les interesan, actuando sin miedo a que el sexo, la duración o la violencia les obligue a recortar sus obras, algo que sin duda no todos pueden hacer bajo la supervisión de los ejecutivos de Hollywood.
A su vez la televisión está siendo un nido de grandes creadores de universos de ficción como Joss Whedon (Buffy, Angel, Firefly, Dollhouse), J.J Abrams (Felicity, Alias, Perdidos), David Simon (The Corner, The Wire, Treme), Matthew Weiner (Mad Men), Jenji Kohan (Weeds, Orange is the New Black) Aaron Sorkin (Studio 60, The Newsroom) o Vince Gilligan (Breaking Bad, Better Call Saul) entre otros.

La nueva edad dorada de la ficción televisiva en su mayor momento de eclosión

A partir de ésa “cosecha de 2004” la cosa no ha parado, si a principios de los noventa no había más de cincuenta series en emisión, actualmente se estrenan cientos de nuevas series  solo cada año. Y si miramos a Europa, en Inglaterra o en otros países como Francia, Italia, Suecia o Dinamarca, las series de televisión están más de moda que nunca, aportándonos productos televisivos de gran calidad y merecida visión, jugando con temas como la política, la ciencia ficción o la comedia negra, mezclando géneros o combinando formatos. Incluso en España, que siempre vamos un paso por detrás del resto, ya podemos empezar a hablar de productos de calidad y diferentes con antecedentes como “Plutón Berbenero”, “¿Qué fue de Jorge Sanz?” o “Crematorio” y de una nueva ola de series como “El Ministerio del Tiempo”, “El Fin de la Comedia” o “Vis a Vis”.


Además en los últimos años, aparte de las clásicas Networks o las decenas de cadenas de cable que se han atrevido con la producción de ficción, se han sumado empresas como Netflix, Amazon o Hulu, revolucionando el mundo de la ficción una vez más. 
Aunque por desgracia la televisión está jugando en los últimos años con los malos vicios del cine, haciendo demasiados remakes y adaptaciones, la televisión sigue siendo el medio dónde salen las mejores ideas de la industria audiovisual. Con una producción óptima, salen productos que enganchan al espectador y por lo que algunos expertos y aficionados lo llaman “el nuevo cine”.

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